George Szirtes

1948 – , Hungría/Reino Unido

Trad. Ernesto Hernández Busto

***

Lo que llamábamos naturaleza
no era nuestra amiga. Flores brillantes
recogían sus faldas rojas.

Altos árboles sacudían sus ramas
sobre nosotros. Nubes blancas formaban formas oscuras.
Éramos jardineros

quintacolumnistas, espías
para poderes no identificados
alineados con la naturaleza

pero no sus amigos.

Arte inspirado en La princesa Mononoke de Hayao Miyazaki, un clásico ecologista. Mononoke no es un nombre, sino una descripción que puede ser traducida en este contexto como «espíritu vengador».

Tłum. Ada Trzeciakowska

***

To, co nazywaliśmy naturą
nie było naszym przyjacielem. Jaskrawe kwiaty
zebrały swoje czerwone spódnice.

Wysokie drzewa potrząsały gałęziami
nad nami. Białe chmury układały się w ciemne kształty.
Byliśmy ogrodnikami,

piątą kolumną, szpiegami
dla nieokreślonej siły
sprzymierzonej z naturą

ale nie jej przyjaciółmi. 

*** 

What we called nature
was no friend to us. Bright flowers
gathered their red skirts.

Tall trees shook branches
at us. White clouds formed dark shapes.
We were gardeners,

fifth columnists, spies
for unidentified powers
aligned with nature

but no friend to it. 

George Szirtes

1948 – , Hungría/Reino Unido

Trad. Ada Trzeciakowska

Petersen: Kleichen y un hombre

He visto la eternidad y es justo así:
un hombre y una mujer bailan en el bar
en una calle miserable en un suelo sin barrer.

Todo se adhiere y trama y desespera,
a un punto entre la violencia y la abyección,
entre la calidez y agorafóbico miedo.

Déjame invertirlo y aceptar el miedo.
Déjame refutar las objeciones a la abyección,
pues la vida misma desespera

y tiene que pisar el suelo sin barrer
con cuidado y amor, mientras que el bar
flota suspendido en la eternidad. Justo así.

Serie de Anders Petersen. Kleinchen and Rose with Mona, Café Lehmitz. 1970

Situado en el barrio rojo de Hamburgo, el Café Lehmitz era un lugar de encuentro de prostitutas, proxenetas, travestis, matones y delincuentes. Anders Petersen (Estocolmo, 1944) tenía dieciocho años cuando llegó a Hamburgo y encontró el Café Lehmitz casi por azar. En él trabó amistades que le marcarían durante mucho tiempo. En 1968 regresó al Lehmitz, conoció a nuevos clientes, entabló contactos y comenzó a hacer fotografías. Estas imágenes, publicadas por primera vez en 1978, se han convertido desde entonces en clásicas de su género. Turbadoras en su franqueza y autenticidad, desprovistas de voyerismo y falsa compasión, las imágenes de Petersen evocan la mirada de Brassaï. El Café Lehmitz ya no existe, pero ese mundo distinto, ese entorno considerado asocial, revela aquí toda su cohesión y su dignida . (Texto editorial)

Tłum. Ada Trzeciakowska

Petersen: Kleichen i Mężczyzna

Widziałem wieczność i wygląda tak:
mężczyzna i kobieta tańczą, w tle bar,
na biednej ulicy, na brudnej podłodze.

Wszystko się tam klei i knuje zrozpaczone,
gdzieś na styku przemocy i wstrętu,
między ciepłem a agorafobicznym lękiem.

Pozwól, że to obrócę i pogodzę się z lękiem.
Pozwól, że pozbędę się oporów wobec wstrętu,
skoro samo życie jest zrozpaczone,

i musi stąpać po brudnej podłodze
ostrożnie i czule, podczas gdy bar
unosi się w wieczności. Właśnie tak.

Petersen: Kleichen and a Man 

I have seen eternity and it is like this,
a man and woman dancing in a bar
in a poor street on an unswept floor.

It clings and plots and is desperate,
at a point between violence and abjection,
between warmth and agoraphobic fear.

Let me reverse this and accept the fear.
Let me drop all objections to abjection,
since life itself  is desperate

and has to tread the unswept floor
carefully, lovingly, while the bar
hovers in eternity. Like this.

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar